lunes, 10 de octubre de 2011

Un jurado eligió los 200 libros fundamentales de la Argentina






Con el nombre "200 años, 200 libros. Recorridos por la cultura argentina", el Centro Cultural de la Memoria Haroldo Conti (ex ESMA) y la Biblioteca Nacional presentarán hoy una muestra integrada por dos centenares de títulos considerados "fundamentales" en la historia del país, elegidos por un jurado de notables. La exposición podrá verse en Avenida del Libertador 8151 hasta enero del año próximo.
La lista de los 200 libros, que se comenzó a gestar en 2009, ya desató ciertas controversias por algunos de los textos elegidos. Algo que los organizadores parecían haber previsto, según se consigna en la gacetilla que acompaña el anuncio: "Una nación se piensa, también, en sus textos. Respira en los distintos usos de la lengua y se reconoce en sus polémicas". Y sobre la selección de los títulos, señala: "No era fácil y sin dudas es arbitrario definir cuáles son esas obras que consideramos fundamentales. Para ello se convocó a un extenso grupo de intelectuales, escritores y artistas. Para que propongan, cada uno, diez libros para integrar la exposición".
Los seleccionadores de los 200 título s fueron: Juana Bignozzi, José Emilio Burucúa, Arturo Carrera, José Carlos Chiaramonte, Angela Di Tullio, Leonora Djament, Jorge Dotti, José Pablo Feinmann, Norberto Galasso, Griselda Gambaro, Germán García, Noé Jitrik, Jorge Lafforgue, Laura Malosetti Costa, Alan Pauls, Eduardo Rinesi, Andrés Rivera, León Rozitchner, Beatriz Sarlo, Alberto Szpunberg, David Viñas, Eduardo Jozami y Horacio González.



Acá está la lista de los autores... ¿Cuántos de estos libros te faltan por leer?


A luz argentina, César Aira, 1983.
Cuando me muera quiero que me toquen cumbia, Cristian Alarcón, 2003.
Bases y puntos de partida para la organización nacional, Juan Bautista Alberdi, 1852.
El crimen de la guerra, Juan Bautista Alberdi, 1870.
Fragmento preliminar al estudio del derecho, Juan Bautista Alberdi, 1837.
Grandes y pequeños hombres del Plata, Juan Bautista Alberdi, 1879.
La voluntad, Eduardo Anguita y Martín Caparrós, 1997-1998.
Los lanzallamas, Roberto Arlt, 1931.
Los siete locos, Roberto Arlt, 1929.
El juguete rabioso, Roberto Arlt, 1926.
Aguafuertes porteñas, Roberto Arlt, 1933.
Paulino Lucero, Hilario Ascasubi, 1853.
Santos Vega, Hilario Ascasubi, 1872.
El marxismo y las escatologías, Carlos Astrada, 1957.
El mito gaucho, Carlos Astrada, 1948.
San Martín, Augusto Barcia Trelles 1941-1948.
La Patagonia rebelde, Osvaldo Bayer 1972-1974.
Fuegia, Eduardo Belgrano Rawson, 1991.
Mujer de cierto orden, Juana Bignozzi 1967.
La invención de Morel, Adolfo Bioy Casares, 1940.
Dublín al Sur, Isidoro Blaisten, 1980.
Cuaderno San Martín, Jorge Luis Borges, 1929.
El Aleph, Jorge Luis Borges, 1949.
El lenguaje de Buenos Aires, Jorge Luis Borges y José Clemente, 1963.
El otro, el mismo, Jorge Luis Borges, 1969.
El tamaño de mi esperanza, Jorge Luis Borges, 1926.
Evaristo Carriego, Jorge Luis Borges, 1930.
Ficciones, Jorge Luis Borges, 1944.
Inglaterra. Una fábula, Leopoldo Brizuela, 1999.
Arte, sociedad y política, José Emilio Burucúa, 1999.
Poder y desaparición, Pilar Calveiro, 1998.
En la sangre, Eugenio Cambaceres, 1887.
Sin rumbo, Eugenio Cambaceres, 1885.
Tinieblas, Elías Castelnuovo, 1923.
Las otras puertas, Abelardo Castillo, 1969.
Las cuestiones, Nicolás Casullo, 2007.
Nunca Más, CONADEP, 1984.
Sudeste, Haroldo Conti, 1962.
Mascaró, el cazador americano, Haroldo Conti, 1975.
De dioses, hombrecitos y policías, Humberto Costantini, 1979.
Operación Masotta, Carlos Correas, 1991.
Final del juego, Julio Cortázar, 1956.
Las armas secretas, Julio Cortázar, 1959.
Rayuela, Julio Cortázar, 1963.
Fausto, Estanislao del Campo, 1866.
Río de las congojas, Libertad Demitrópulos.
Zama, Antonio Di Benedetto, 1956.
Babilonia, Armando Discépolo, 1925.
El organito, Armando Discépolo y Enrique Santos Discépolo, 1925.
Dogma Socialista con la Ojeada Retrospectiva, Esteban Echeverría, 1846.
El matadero, Esteban Echeverría, 1874.
La cautiva, Esteban Echeverría, 1837.
La astucia de la razón, José Pablo Feinmann, 1990.
Museo de la novela de la Eterna, Macedonio Fernández, 1967.
Las cien mejores poesías, Baldomero Fernández Moreno, 1961.
Versos de Negrita, Baldomero Fernández Moreno, 1920.
Los pichiciegos, Rodolfo Fogwill, 1983.
Cuentos, Fray Mocho, 1906.
Vida de Scalabrini Ortiz, Norberto Galasso, 1970.
El mal metafísico, Manuel Gálvez, 1916.
Eisejuaz, Sara Gallardo, 1971.
Lo mejor que se tiene, Griselda Gambaro, 1998.
Las islas, Carlos Gamerro, 1998.
Diccionario argentino, Tobías Garzón, 1910.
Carta a mi madre, Juan Gelman, 1989.
Gotán, Juan Gelman, 1962.
Interrupciones II, Juan Gelman, 1986.
Los gauchos judíos, Alberto Gerchunoff, 1910.
Política y sociedad en una época de transición, Gino Germani, 1962.
Obra poética, Joaquín Gianuzzi, 2000.
En la masmédula, Oliverio Girondo, 1954.
Ferdydurke, Witold Gombrowicz, 1947.
Camas desde un peso, Enrique González Tuñón, 1932.
La calle del agujero en la media, Raúl González Tuñón, 1930.
Santiago de Liniers, conde de Buenos Aires. 1753-1810, Paul Groussac, 1907.
Estética operatoria en sus tres direcciones, Luis Juan Guerrero, 1956-1967.
Don Segundo Sombra, Ricardo Güiraldes, 1926.
Villa, Luis Gusmán, 1995.
Cartas de un porteño, Juan María Gutiérrez, 1942.
Noticias históricas sobre el origen y desarrollo de la enseñanza pública superior en Buenos Aires, Juan María Gutiérrez, 1868.
Juan Moreira, Eduardo Gutiérrez, 1879-1880.
La República imposible, Tulio Halperin Donghi, 2004.
Revolución y guerra, Tulio Halperin Donghi, 1972.
Martín Fierro, José Hernández, 1872-1879.
La formación de la conciencia nacional, Juan José Hernández Arregui, 1960.
Cielitos y diálogos patrióticos, Bartolomé Hidalgo, 1813-1822.
La Argentina y el imperialismo británico, Rodolfo Irazusta y Julio Irazusta, 1934.
El hombre mediocre, José Ingenieros, 1913.
La evolución de las ideas argentinas, José Ingenieros, 1918-1920.
El medio pelo en la sociedad argentina, Arturo Jauretche, 1966.
Manual de zonceras argentinas, Arturo Jauretche, 1968.
Los grados de la escritura, Noé Jitrik, 2000.
El niño argentino, Mauricio Kartun, 2006.
Ciencias morales, Martín Kohan, 2007.
Todos los cuentos, Bernardo Kordon, 1975.
La libertad creadora, Alejandro Korn, 1922.
Hegemonía y estrategia socialista, Ernesto Laclau y Chantal Mouffe, 1985.
Las patas en las fuentes, Leónidas Lamborghini, 1957.
Odiseo confinado, Leónidas Lamborghini, 1992.
Traiciones, Ana Longoni, 2007.
Historia de la República Argentina, Vicente Fidel López, 1883-1893.
El género gauchesco. Un tratado sobre la patria, Josefina Ludmer, 1988.
Los crepúsculos del jardín, Leopoldo Lugones, 1905.
El payador, Leopoldo Lugones, 1916.
Entre nos, causeries del jueves, Lucio V. Mansilla, 1889-1890.
Una excursión a los indios ranqueles, Lucio V. Mansilla, 1870.
Adán Buenosayres, Leopoldo Marechal, 1848.
Cuentos de la oficina, Roberto Mariani, 1925.
Amalia, José Mármol, 1851.
La bolsa, Julián Martel, 1891.
La cabeza de Goliath, Ezequiel Martínez Estrada, 1940.
Muerte y transfiguración de Martín Fierro, Ezequiel Martínez Estrada, 1948.
Radiografía de la pampa, Ezequiel Martínez Estrada, 1933.
La vida entera, Juan Carlos Martini, 1981.
Sexo y traición en Roberto Arlt, Oscar Masotta, 1965.
Canon de alcoba, Tununa Mercado, 1988.
Historia de San Martín y de la emancipación americana, Bartolomé Mitre, 1887-1888.
Historia de Belgrano y de la independencia argentina, Bartolomé Mitre, 1857.
Una sombra donde sueña Camila O'Gorman, Enrique Molina, 1973.
Vida y memorias de Mariano Moreno, Manuel Moreno, 1812.
Banco a la sombra, María Moreno, 2007.
Plan de operaciones, Mariano Moreno, 1810.
El vuelo del tigre, Daniel Moyano, 1981.
Misteriosa Buenos Aires, Manuel Mujica Láinez, 1950.
Homo atomicus, Héctor Murena, 1962.
Estudios sobre los orígenes del peronismo, Miguel Murmis y Juan Carlos Portantiero, 1971.
Cuentos completos, Silvina Ocampo, 1999.
Testimonios, Victoria Ocampo, 1935-1977.
El Eternauta, Héctor G. Oesterheld y Francisco Solano López 1957.
La musa de la mala pata, Nicolás Olivari, 1926.
Los juegos peligrosos, Olga Orozco, 1962.
Obra completa, Juan L. Ortiz, 1996.
El andariego. Poemas 1944-1980, Hugo Padeletti, 2007.
Catalina. Contra la oligarquía, Ernesto Palacio, 1935.
El pasado, Alan Pauls, 2003.
Potestad, Eduardo "Tato" Pavlovsky, 1985.
El triunfo de los otros, Roberto Payró, 1907.
Memorias, José María Paz, 1855.
Memorias. Alturas, tensiones, ataques, intensidades, Juan Carlos Paz, 1972-1994.
Facundo, David Peña, 1906.
Alambres, Néstor Perlongher, 1987.
La razón de mi vida, Eva Perón, 1951.
Mi mensaje, Eva Perón, 1994.
Correspondencia, Juan Domingo Perón y John William Cooke, 1972.
Nombre falso, Ricardo Piglia, 1975.
Crítica y ficción, Ricardo Piglia, 1986.
La ciudad ausente, Ricardo Piglia, 1992.
Respiración artificial, Ricardo Piglia, 1980.
Los trabajos y las noches, Alejandra Pizarnik, 1965.
Boquitas pintadas, Manuel Puig, 1969.
La traición de Rita Hayworth, Manuel Puig, 1968.
Historia crítica de los partidos políticos argentinos, Rodolfo Puiggrós, 1956.
La época de Rosas, Ernesto Quesada, 1898.
Cuentos de amor, de locura y de muerte, Horacio Quiroga, 1917.
Revolución y contrarrevolución en la Argentina, Jorge Abelardo Ramos, 1957.
Las multitudes argentinas, José María Ramos Mejía, 1899.
Rosas y su tiempo, José María Ramos Mejía, 1907.
Ese manco Paz, Andrés Rivera, 2003.
La revolución es un sueño eterno, Andrés Rivera, 1987.
José Hernández y la guerra del Paraguay, Enrique Rivera, 1954.
Historia de la tortura y el orden represivo en la Argentina, Ricardo Rodríguez Molas, 1984.
Historia de la literatura argentina, Ricardo Rojas, 1917-1922.
Latinoamérica, las ciudades y las ideas, José Luis Romero, 1976.
Cabecita negra, Germán Rozenmacher, 1981.
La cosa y la cruz, León Rozitchner, 1997.
Sobre héroes y tumbas, Ernesto Sábato, 1961.
El buen dolor, Guillermo Saccomanno, 1999.
El limonero real, Juan José Saer, 1974.
Nadie nada nunca, Juan José Saer, 1980.
La mayor, Juan José Saer, 1976.
Historia de la Confederación Argentina, Adolfo Saldías, 1881-1887.
Teatro, Florencio Sánchez, 1941.
Una modernidad periférica, Beatriz Sarlo, 1988.
Facundo, Domingo Faustino Sarmiento, 1845.
Recuerdos de provincia, Domingo Faustino Sarmiento, 1850.
Viajes por Europa, África y América, Domingo Faustino Sarmiento, 1851.
Manual de perdedores, Juan Sasturain, 1982-1987.
El hombre que está solo y espera, Raúl Scalabrini Ortiz, 1931.
Política británica en el Río de la Plata, Raúl Scalabrini Ortiz, 1940.
La pintura y la escultura en la Argentina, Eduardo Schiaffino, 1933.
Buenos Aires, vida cotidiana y alienación, Juan José Sebreli, 1964.
Libro extraño, Francisco Sicardi, 1964.
Zogoibi, novela humorística, Luis Emilio Soto, 1926.
No habrá más penas ni olvido, Osvaldo Soriano, 1980.
Languidez, Alfonsina Storni, 1920.
El Che amor, Alberto Szpumberg, 1965.
Escritos políticos (1918-1934), Saúl Taborda, 2008.
Nuestros años sesenta, Oscar Terán, 1991.
Versos de una., César Tiempo (Clara Beter), 1926.
La casa y el viento, Héctor Tizón, 1984.
El dolor de escribir, Manuel Ugarte, 1932.
Obra poética, Paco Urondo, 2006.
El vuelo, Horacio Verbitsky, 1995.
Cuentos y leyendas populares de la Argentina, Berta Vidal de Battini, 1980-1995.
Literatura argentina y realidad política, David Viñas, 1964.
Tartabul o los últimos argentinos del siglo XX, David Viñas, 2006.
El reino del revés, María Elena Walsh, 1963.
Los oficios terrestres, Rodolfo Walsh, 1965.
Operación Masacre, Rodolfo Walsh, 1957.
Un kilo de oro, Rodolfo Walsh, 1967..

martes, 20 de septiembre de 2011

miércoles, 7 de septiembre de 2011

Histórico plan de los kelpers para alcanzar el autoabastecimiento

El Consejo Ejecutivo de las Islas Malvinas aprobó la creación de un fondo de unos 400 mil dólares, para comenzar con un plan de sustitución de importaciones. Es por el creciente bloqueo de la Argentina y la región ante la negativa del Reino Unido de negociar la soberanía.

Buscando evitar las dificultades que el creciente bloqueo impuesto por la Argentina le genera, el Consejo Ejecutivo de las Islas Malvinas aprobaron la creación de un fondo de casi 400 mil dólares para un plan de sustitución de importaciones.
Entre 2009 y 2010, las Islas importaron cerca de 319 toneladas de frutas y vegetales frescos, provenientes en su mayor parte de la Argentina y Chile, y en menor medida de Uruguay. Ahora, con el proyecto, esos productos podrían producirse en el mismo territorio isleño.
“El objetivo es que las Falklands sean autosuficientes y menos susceptibles a las presiones externas”, dijo a su vez David Waugh, director de la Corporación de Desarrollo de las Islas Falklands, (FIDC) citado por The Daily Telegraph.
Desde 2003, el gobierno argentino lleva adelante una dura política con las Islas, ante la negativa del gobierno del Reino Unido de aceptar negociar la soberanía, pese a la presión internacional.
De hecho, y ante un pedido argentino, la región accedió a no permitir que buques relacionados con la exploración petrolera en las aguas de Malvinas, e inclusive algunas naves de guerra, atraquen en sus puertos. Algunos servicios marítimos de transporte de containers ya fueron suspendidos.
Según las informaciones, el fondo va a ser distribuido entre los productores locales a manera de créditos. Pero será exclusivo para el desarrollo comercial y no amateur, sobre todo de vegetales, frutas y huevos, que por la adversidad del clima, helado y ventoso, los productores en Malvinas se vieron históricamente forzados a plantar en invernaderos.

Fuente: InfoBae

martes, 30 de agosto de 2011

El tren que unirá Argentina y Uruguay

Despojados de todo tipo de connotación política, destacamos la integración y la reapertura de los ramales ferroviarios.

miércoles, 24 de agosto de 2011

Hacen el primer mapa del movimiento de hielo en la Antártida en alta resolución




Washington, 18 ago (EFE).- Un equipo de científicos elaboró el primer mapa de alta resolución del movimiento del hielo en la Antártida, lo que ayudará a entender mejor el impacto del cambio climático en el continente.

El mapa, publicado hoy en la revista Science, fue elaborado como si fuera un mosaico digital con imágenes satelitales proporcionadas por la Agencia Espacial Canadiense (CSA), la europea (ESA) y la japonesa (JAXA) y revela los detalles del movimiento del hielo en la Antártida entre los años 2007 y 2009.
El objetivo de este trabajo, liderado por Eric Rignot del Laboratorio de Propulsión a Chorro (JPL) de la NASA en Pasadena, California, es ayudar a los investigadores a entender los cambios del continente ante el constante calentamiento global.
"Nuestro mapa representa una medida de referencia importante, al ser la primera instantánea completa del patrón de movimiento del hielo" en este periodo, indicó a Efe Jeremie Mouginot, profesor asociado del Departamento de Ciencias de la Tierra de la Universidad de California, en Irvine, y uno de los autores.
La velocidad del hielo es una característica fundamental de los glaciares y las capas de hielo, que mide la velocidad a la que este elemento es transportado desde las regiones del interior hacia el océano, explicó.
Sus mediciones y análisis redefinen la comprensión actual sobre la dinámica de la capa de hielo antártica, al revelar que el flujo de la capa de hielo del continente se compone de una compleja red de afluentes que vienen del interior.
Esta nueva visión del movimiento de la capa de hielo puede ayudar a la reconstrucción histórica y a la predicción de su evolución.
Dado que la gran mayoría de hielo en la Tierra se encuentra en la Antártida y que el derretirse de las capas de hielo polares puede tener efectos en el nivel del mar, este mapa también será útil para investigaciones futuras.
El trabajo se completó durante el Año Polar Internacional y es el primer estudio de este tipo desde 1957.
El mapa, publicado en la revista Science, fue elaborado como si fuera un mosaico digital con imágenes satelitales proporcionadas por la Agencia Espacial Canadiense (CSA) la europea (ESA) y la japonesa (JAXA). En la imagen el registro de un mapa de la Antártida divulgado por la NASA en noviembre de 2007. EFE/Archivo

Fuente: Yahoo Noticias

miércoles, 10 de agosto de 2011

¿Lo sabías?

Cómo se formaron las Cataratas del Iguazú (por Antonio Margalot. De “Geografía de Misiones”)




La geología regional se caracteriza por la presencia de una serie de coladas basálticas superpuestas. "Colada" es el término con que los técnicos designan una efusión volcánica que originariamente se dispersa en estado líquido sobre la superficie de una zona y luego, por enfriamiento, se solidifica.
En la región se produjeron varias de estas coladas (en Misiones se han detectado 11 añorantes), de modo tal que las más recientes se iban superponiendo a las anteriores como "mantos" sucesivos (entrecomillamos la palabra "mantos" ya que ella no es la correcta para esta clase de estructura geológica pero la utilizamos por ser bastante gráfica para el lector no iniciado en el tema).
Estas coladas, si bien tienen características físicas y químicas muy parecidas se diferencian por algunos elementos accesorios y por la forma en que se produjo la solidificación. Consecuentemente, el comportamiento de ellas también difiere ante la acción erosiva del agua. Significa ello que ésta altera y destruye con mayor rapidez la roca y el material constitutivo de ciertas coladas que el de otras.
Como veremos enseguida éste es uno de los factores que posibilitó la formación de las Cataratas del Iguazú. El otro fue la presencia, en el cauce del río, de fracturas. Con este término designan los geólogos al hundimiento relativo de parte de una formación con respecto al resto (o, recíprocamente, un levantamiento relativo de ese resto con respecto a la otra parte), según una línea más o menos recta.
Para visualizar el fenómeno imagínese un terreno plano y horizontal. Al producirse la fractura, se origina un escalón, que puede tener desde pocos milímetros a varios metros, según la intensidad del fenómeno que haya provocado la fractura. La pendiente de un río, en su fase juvenil, es bastante pronunciada y la presencia de estos escalones (fracturas) hace que en tales lugares el agua salte y tenga, por el impacto, un efecto erosivo mayor que en los tramos no accidentados. Como consecuencia se va formando una depresión inmediatamente después de la fractura.
El río Iguazú corre, al menos en algunos tramos, sobre una colada basáltica muy resistente a la acción erosiva del agua, espesor que a su vez se asienta sobre otra colada cuya roca constitutiva es sensiblemente más vulnerable a esa acción. Con el transcurso del tiempo el líquido termina por horadar la formación superior e inicia el ataque de la inferior, la que es destruída con mayor rapidez, hasta desaparecer y quitar totalmente sustentación a la de arriba, que comienza a desmoronarse progresivamente.
Los grandes bloques que pueden observarse al pie de algunos saltos -especialmente del lado argentino de las Cataratas- son los restos de la colada superior. La descripción precedente explica los espacios vacíos existentes detrás de la cortina de agua y que sirven de refugio a aves y anfibios.
Como el proceso de horadación "hacia atrás "continúa, durante los próximos milenios las Cataratas seguirán desplazándose, como lo vienen haciendo desde tiempos inmemoriales.